viernes, 11 de diciembre de 2009

Pensamiento Sistemàtico y Neurohumanidades

FRANCISCO GOMEZ MONT AVALOS LEVY
NEUROHUMANITIES RESEARCH CENTRE

“Dios nos guarde de la visión parcial y del adormecimiento de Newton”
William Blake
“Ser todo de todas las maneras”
Fernando Pessoa

El pensamiento sistémico es el antecedente más importante de las neurohumanidades. En sus tiempos, fue un nuevo paradigma con aspectos humanísticos científicos y tecnológicos. Al proponer un nuevo modelo del ser humano, a mediados del siglo XX, la Teoría General de los Sistemas visualiza una neuropsicología antropológica y social más evolucionada, enraizada en la utopica imagen de la evolución: el modelo del ser humano derivado del pensamiento sistémico, “homo simbolicus”, concebido como un sistema activo de la personalidad en permanente evolución y sin dicotomía entre la mente y el cuerpo, está emergiendo lentamente de muchas y variadas áreas de la investigación. Dos filosofos que inspiran este “giro simbolico” son Ernest Cassirer y su alumna Susanne Langer, quien además estudio con Alfred North Whitehead.

El asunto es, epistemológico y ético. Según Anatol Rapoport “existe una justificación ética para la diseminación del acercamiento sistémico entre los científicos del comportamiento. Estos, a grandes rasgos, pueden dividirse en dos grupos: los que aspiran al estatus científico de los físicos y, en consecuencia, tienden a seleccionar problemas que ceden al método analítico; y aquellos a los que les mueve la necesidad de “comprender al ser humano”. Los primeros corren el peligro de incurrir en la trivialidad…los segundos el decaer en especulaciones desbocadas sin apoyarse suficientemente en los hechos o en hipótesis comprobadas”.

Un sistema es una totalidad formada por elementos que, en forma jerárquica o heterárquica, interactúan y se modifican entre sí; una frontera (boundary) que lo delimita del entorno (medio ambiente) y una jerarquía de valores, metas u objetivos por lograr. El nombre de “Teoría General de los Sistemas” se utiliza para describir un nivel de construcción de modelos, intermedio entre las abstracciones altamente generalizadas de la matemática pura y las teorías especificas de las disciplinas especializadas. Una de sus metas es la de encontrar similitudes es estructuras teóricas entre distintas disciplinas y proponer modelos más generales. Ya a un nivel más ambicioso trata de clasificar los sistemas basándose en la forma en que sus componentes están organizados (interrelacionados) y de derivar las leyes o patrones típicos de comportamiento para los distintos tipos de sistemas determinados por la taxonomía.

Entre otros, Gregory Bateson ha hecho posible la visualización de la necesaria unidad entre la mente y la naturaleza, la similitud entre los procesos mentales y la evolución biológica. Para él, una mente es un agregado de componentes en interacción. La interacción es puesta en movimiento por elementos novedosos (diferencias). “En los procesos mentales, los efectos de las “diferencias” deben ser considerados como trasformaciones (versiones codificadas) de las diferencias que la precedieron. La descripción y la clasificación de estos procesos de trasformación evidencian una jerarquía de tipos lógicos inmanente en los fenómenos”. Para llegar a este tipo de planteamiento, las ciencias psicológicas han tenido que recorrer un largo camino que cubre varias décadas de esfuerzo. Bateson participo en las primeras reuniones de cibernetistas con científicos sociales que se llevaron a cabo a mediados del siglo XX.

Pensamiento atomista y pensamiento holístico

Una aportación importante del pensamiento sistémico (síntesis de la cibernética, de la informática y de la Teoría General de los Sistemas) a las ciencias neuropsicológicas ha sido el evidenciar la existencia en el ser humano de dos estructuras de razonamiento, de dos formas de procesar información: la atomista y la holística. Estos dos estilos de pensamiento se manifiestan más claramente en aquella área de la actividad del hombre que más se preocupa por la parsimonia, la lógica y la consistencia interna de sus procesos simbólicos, es decir, la ciencia.

La ciencia atomista es la de la física tradicional con sus palancas, inercias y fuerzas gravitacionales; es la del sistema solar como un gran reloj y la de las reacciones químicas como sistemas aislados; es la de la bioquímica analizando la estructura estática de los carbohidratos y su clasificación; es la de la fisiología analizando minuciosamente la estructura intima del reflejo espinal; es la psicología de Pavlov y Skinner.

La ciencia holística, totalizante o unificadora, avanzo en forma impresionante en el siglo XX Las bases teóricas fueron sentadas antes de la primera mitad del siglo XX y hoy en día, si vivimos en el mundo moderno, sus frutos prácticos nos involucran con frecuencia.

En efecto, Bertalanffy, Arturo Rosenblueth, Norbert Wiener, Shannon y Weaver, De Saussure, Whyte, Angyal, Heinz Werner y Von Neuman, Bateson, Ashby, McCulloch y Pitts, Kohler y otros, publicaron sus primeros trabajos antes de 1950 y hoy en día, como fruto de su pensamiento, existen las siguientes actividades científicas: la Teoría General de los Sistemas, la Cibernética, la Teoria de los Juegos, la Inteligencia Artificial, la Investigación de Operaciones, la Ingeniería de Sistemas, el Análisis Multivariado, la Teoría de Decisiones, la Teoría de la Información, la Teoria de la Ambigüedad, la Teoria de los Conjuntos Borrosos, la Teoría de las Catástrofes, la Teoría de la Autopoiesisy de la Autonomía. Asociado a estas disciplinas se encuentra un estilo científico de pensamiento: el “integrador”, que trata de comprender la interacción entre los elementos del sistema que se estudia.

“La visión cósmica del ayer” dice Bertalanffy “el llamado universo mecanicista, era el mundo de las ciegas leyes de la naturaleza y de entidades físicas en movimiento al azar. El caos era el frecuentemente citado juego de átomos. Por accidente, los compuestos orgánicos y eventualmente las moléculas autorreproducibles, aparecieron en la tierra como precursores de la vida. En forma no menos caótica, de acuerdo a la teoría de la evolución, la vida procedió a formas más complejas vía la mutación y selección al azar en cambios del medio ambiente. Debido a otro accidente inexplicable, la mente y la consciencia surgieron, en alguna forma, como epifenómenos de la evolución del sistema nervioso. En el mismo sentido, desde el psicoanálisis hasta el conductismo, la personalidad humana es un producto al azar de la naturaleza y de los estímulos del medio ambiente. Ahora, según parece, andamos tras otro marco de referencia: el mundo como organización. Esto, de poder verificarse, cambiaria profundamente las categorías de nuestro pensamiento e influiría en nuestras actitudes practicas. Si logramos contribuir, aunque sea en la medida de una gota, a la humanización de la ciencia, habremos cumplido nuestra parte al servicio de la sociedad y de la civilización”.

Los diferentes niveles de conceptualización en neuropsiquiatría humanistica

Cada fenómeno tiene su nivel apropiado de análisis. No es necesario el mismo nivel de análisis para conceptualizar a un paciente con cisticercosis cerebral (evidenciada a través de la tomografía axial computarizada) que a una persona con diagnostico de alcoholismo; a James Jones y al suicidio colectivo de Guyana; a Van Gogh cortándose la oreja; a Macbeth alucinando un puñal o a Rasputin señoreando la corte rusa. Cuatro niveles de análisis relevantes serian: el nosológico- neurobiológico, el psicodinámico-psicoanalitico, el familiar-comunitario y el epidemiológico-social-cultural. Resulta triste observar que cada nivel de análisis es utilizado por escuelas psiquiátricas como si fuera un sistema que estuviera cerrado a la influencia de la información procedente de los respectivos subsistemas y suprasistemas.

El nivel nosológico-neurobiologico
Este nivel se encuentra fundamentalmente orientado hacia el diagnostico y el tratamiento farmacológico. Para llegar al diagnostico, tradicionalmente se busca el grado de semejanza entre los síntomas que el paciente nos comunica tener y la descripción del prototipo de una enfermedad determinada. A algunos de estos prototipos se les relaciona con la instauración de un tratamiento farmacológico. Es decir, el psiquiatra emite un mensaje a través de la receta, que se traduce en un mensaje farmacológico a todas las células del organismo del paciente. Cada fármaco es un mensaje complejo codificado en el lenguaje de la biología. Este mensaje interacciona con múltiples sitios del organismo que, según el caso, pueden ser, por ejemplo, enzimas o receptores en las biomembranas.

Una parte fundamental de este nivel nosológico-neurobiologico está constituida por la estrecha relación con el resto de la medicina y el hecho de que sus categorías taxónomicas sean parte de la clasificación medica. Además, por ser la biología y la medicina partes de un territorio común, este modelo nos permite intentar integrar el conocimiento de la persona derivado de la comunicación interpersonal con conocimiento biológico. A fin de cuentas, el conocimiento biológico no es más que el conocimiento de la evolución de formas organismicas a través de la comunicación intercelular.
¿Qué es el cerebro? El distinguido biólogo, Paul Weiss, manifiesta: “Poco tiempo después de nacer, el cerebro humano adquiere su dotación completa de alrededor de 100,000,000,000 de neuronas. Cada una de estas tiene conexiones arborizantes con un promedio de 10,000 neuronas (lo que genera 1,000, 000, 000, 000, 000 de sinapsis). Además, mi descubrimiento del flujo axónico –el flujo hacia la periferia del contenido de cada fibra nerviosa- implica una reconstitución de la dotación molecular de una a diez veces cada semana. Tomadas en su conjunto, estas variables suman un total casi astronómico de varianza (de posibilidades de variabilidad) de 100, 000, 000, 000, 000, 000, 000, 000, 000 para cada cerebro individual. Este dato es un marco importante para mi modelo: Aun los más altos grados de orden y organización pueden ser logrados en sistemas con conexiones jerárquicas. Cada integrante del sistema opera bajo la regla de orden en lo amplio con libertad subordinada en lo pequeño.

Un buen ejemplo de los niveles integradores que se pueden lograr en este nivel nosológico-neurobiologico lo constituyen los trabajos de Arnold Mandell y su grupo en la Universidad de California, en San Diego. Ciertos neurotrasmisores (noradrenalina, dopamina y serotonina) tienden a disminuir a medida que trascurre la vida. Estas tres sustancias ejercen una acción inhibidora sobre la actividad neuronal espontanea. Mandell propone que la disminución de estas sustancias durante el envejecimiento llevaría a la manifestación de tendencias neuronales latentes, a una manifestación emergente de fenómenos previamente suprimidos. Su modelo se basa en la simetría de los hemisferios cerebrales para el manejo de información afectiva y en la correlación entre este nivel neuropsicologico y el nivel neurobiológico de asimetrías en la concentración de neurotrasmisores en diferentes zonas cerebrales.
Si bien el conocimiento neurobiológico está avanzando aceleradamente, no podemos decir lo mismo del área de la clasificación de los desordenes mentales, donde hay desorden. La confiabilidad (reproductibilidad) de las decisiones diagnosticas es baja y abundan las personas que comparten síntomas de dos o más categorías diagnòsticas.
El pensamiento sistémico tiene aquí mucho que aportar, no sólo a través del análisis comunicacional de la entrevista psiquiátrica, sino en la estructura misma del modelo de clasificación y en los criterios de inclusión. En efecto el problema del diagnostico psiquiátrico es un problema abordable a través de la teoría de los conjuntos borrosos. Esta teoría se aboca al estudio de la ambigüedad (y no al estudio de la incertidumbre como lo hace la estadística). Para fines de investigación psiquiátrica, fundamentándose en el pensamiento sistémico, el diagnostico debe visualizarse como consistente en un conjunto de “funciones de pertenencia” (que varían de “0” a “1”) de cada paciente al total de “tipos ideales de psicopatología”. El concepto de “tipo ideal” se representa en medicina, por ejemplo, por el individuo del que le decimos a algún estudiante que ¡el paciente x es como de libro o de antología!. John Overall, Leo Hollister y Pierre Pichot, usando la psicometria multivariada, han definido cuantitativamente, basándose en la “Escala Breve de Apreciación Psiquiátrica”, ocho tipos ideales de la psicopatología severa: depresión hostil, depresión agitada, depresión retardada, depresión ansiosa, trastorno florido del pensamiento, síndrome de retardo-retraimiento, síndrome de agitación-excitación y síndrome de hostilidad suspicacia. Basándose en 18 síntomas se logran ocho categorías bastante más homogéneas que los rubros tradicionales de “depresión neurótica/reactiva”, “depresión endógena/psicótica” o “esquizofrenia”.
De acuerdo a la teoría de los conjuntos borrosos, cada paciente tendría ocho valores para determinar su pertinencia a cada una de estas ocho categorías. Indudablemente se puede expandir el número de estas categorías si se aumenta el número de síntomas del que se derivan los “tipos ideales”. Un estudiante reciente (con forma expandida del BPRS) evidencia cuando menos 12 “tipos ideales” de depresión. La falta de éxito en el establecimiento de correlatos biológicos de los desordenes mentales quizá se deba al uso excesivo en psiquiatría de un modelo categorico de clasificación con la presuposición implícita de que cada paciente debe tener una “función de pertinencia” de “1” a una sola categoría y de “0” a todas las demás. De acuerdo al pensamiento sistémico, si el modelo de clasificación ha de atenuar la variedad de las muchas dimensiones biológicas que subyaces a los desordenes mentales, este modelo taxonómico debe ser del mismo orden de complejidad que aquello que trata de modelar.
Los conjuntos borrosos no son sólo de interés para la psiquiatría. Arnold Kaufmann, pionero de la investigación de Operaciones en Francia y sistematizador de la teoría de los conjuntos borrosos, nos dice en una obra que incluye 16 volúmenes.

“Los subconjuntos borrosos son también de interés para los artistas. Es más, los subconjuntos borrosos se usaron en pintura antes que en matemáticas: cuando ustedes observan un cuadro de Van Gogh, contemplan más a causa de lo borroso que puso ahí, que si fuera una pintura extremada y finamente dibujada”.

“Quisiera señalar que las personas que actualmente estudian arte, fabrican las teorías de los conjuntos borrosos convenientes a su trabajo, y pueden ser que algún día existan clasificaciones artísticas a las manera de los conjuntos borrosos. Esto es porque una forma de pintar es un comportamiento. Y la finalidad de todas estas matemáticas es estudiar el comportamiento”.
Y nosotros nos preguntamos ¿Se pueden poner computadoras frente a los modelos psiquiátricos de la psicopatologia? ¿Podrán los subconjuntos borrosos, con sus ideas implícitas de ambigüedad y posibilidad, darle a la psiquiatría algo más de lo que ha dado la estadística con sus ideas implícitas de precisión, incertidumbre y probabilidad? ¿Es cierto que el diagnostico psiquiátrico es un problema de subconjuntos borrosos? ¿Será verdad que el ser humano almacena en la memoria la mayoría de su información utilizando una codificación borrosa? ¿Es la teoría de los conjuntos borrosos una matemática provista de semántica? ¿Habran encontrado los psiquiatras, al fin, una teoría a la medida, a la medida del ser humano?
Como dice el psiquiatra Carlos Serrano: “Queremos dejar asentado que la observación fenomenológica cuidadosa y la clasificación de pacientes en categorías, actividades indispensables para el desarrollo de la psiquiatría, no son ni deben ser un marco de comprensión del fenómeno humano. Esta actividad no permite entender el aun misterioso fenómeno de la “otredad”, y la actividad clínica no se detiene ni debe conformarse con estas actitudes, sino que, una vez alcanzadas, debe individualizar y particularizar a cada paciente en su condición de ser humano único”. Para esto se vuelve necesario expandir el modelo nosológico-neurobiologico a un segundo nivel.

El nivel psicodinamico-psicoanalitico
Un segundo nivel seria este, en el que la actitud del clínico ya no es tanto la de clasificar la enfermedad e instituir un tratamiento, sino la de conocer las narrativas que el sujeto se cuenta a sí mismo y a los demás, para tratar de entender la historia vital del sujeto y sus preocupaciones actuales; estas como resultado de transacciones entre múltiples flujos de información introspectiva y sociocultural. Es en este nivel donde se elabora la historia biográfica y se aplican pruebas psicométricas proyectivas. Este punto de vista se funde insensiblemente con el siguiente: el psicoanalítico. Aquí lo importante es la individualidad del paciente.
La información obtenible a este nivel es menos precisa, menos cuantificable y más difícil de comunicar; pero en cambio es más rica en significados personales y vitalidad. Aquí es donde se analiza la “transferencia”, en la que el médico se involucra como observador participante. En este nivel, la conexión entre neuropsiquiatría, neurohumanidades y pensamiento sistémico está dada por la genialidad metafórica de Freud y por el hecho de que el psicoanálisis es un “lenguaje ambiguo”. Como nos lo hace ver Anthoni Wilden (traductor de Lacan al ingles), Freud es una de las mentes más metafóricas que han existido. Y ¿qué es el pensamiento sistémico si no el arte y la ciencia de la manipulación rigurosa de metáforas? “La cibernética es la ciencia o el arte de manipular metáforas defendibles evidenciando como pueden construirse y lo que se puede inferir como resultado de su existencia”, nos dice Gordon Pask.

El merito de Jacques Lacan ha sido el de adoptar marcos de referencia lingüísticos y comunicacionales en su lectura de las obras de Freud. En esto no es el único, pero si quizá el más confuso. Como dice Wilden “vivimos en una cultura que ya depende de la digitalización de las diferencias biosociales entre hombres y mujeres. En nuestra cultura, los hombres son predominantemente visualizados como digitales. Es decir, se espera que ejemplifiquen los llamados “rasgos masculinos”: lógica, racionalidad, intelecto; conocimiento manipulativo, objetivo e instrumental; estar en relación con objetos en el mundo, etc. Las mujeres, por el otro lado son visualizadas primariamente como analógicas. Se espera que ejemplifiquen los llamados “rasgos femeninos”: emoción, irracionalidad, sentimiento, conocimiento subjetivo, conocimiento orientado a las personas, a la vida; en relación con los hombres y, sobre todo, estar-en-relación-con-la –relación.
Esta distinción entre digital y analógico, esta “bisexualidad”, está presente en todos nosotros debido a la existencia de dos hemisferios cerebrales; esta bisexualidad ha sido puesta en oposición al considerar a la mujer como el complemento “analógico” del hombre “digital”: una “naturaleza” que su “cultura continua explotando”. Dice Wilden: “La filosofía de Schreber (el más célebre de los psicóticos del siglo XIX) es un comentario ético sobre la organización de la agresividad en la sociedad del siglo XIX. Describe un conflicto entre lo que el mundo es y lo que debería ser. Sobre todo, Shreber está comprometido con la liberación de hombres y mujeres de la opresión y e la auto-opresión: liberación del “ser” por medio del deber. El mundo del porvenir es un mundo de deseo, no de objetos, sino de vida; de voluptuosidad, no para los desoladores mecanismos de la sexualidad genital, sino para todas las dimensiones del ser humano… Lacan comete el mismo error epistemológico de Levi- Strauss, un error que resulta sorpresivo por el hecho de que Lacan nos enseño a no confundir el objeto real (el pene, el seno) con el “objeto simbólico (el falo, el objeto-parte)”.
Quizá sea necesario revisar las teorías de Freud sobre la pasividad neuronal. Hoy se visualizan las neuronas como entidades autopoiéticas y semi-independientes. Al visualizar los procesos psíquicos como flujos no solo de energía, sino también de información, tenemos una llave para la reinterpretación sistémica de Freud. Tanto Pribram como McCarley y Hobson han avanzado en la integración del pensamiento de Freud a la neurobiología. Lacan Wilden y Peterfreund lo han hecho en relación con el pensamiento de Freud y el pensamiento sistémico; Lieberman, en cuanto a la lingüística; Colby lo ha iniciado en cuanto a la posibilidad de modelar, vía computadoras, aspectos de la teoría psicoanalítica de las neurosis.
Keneth Colby ha trabajado desde 1962 en la simulación por medio de modelos en computadoras digitales, de un proceso neurótico de acuerdo a la psicología freudiana. Si bien es sumamente rudimentario, este modelo es interesante porque permite plantear, en forma clara, una serie de preguntas. El modelo representa a una mujer en tratamiento psicoanalítico; ella cree que su padre la abandonó y es incapaz de aceptar conscientemente que lo odia. El modelo intenta representar el proceso de asociación libre de ideas en psicoanálisis. Incluye ocho “mecanismos de defensa” que distorsionan lo que la persona piensa, es decir que cambian el sentido de una creencia cargada de angustia. Margaret Boden, genial historiadora de la inteligencia artificial y de las ciencias cognitivas da el siguiente ejemplo de los ocho mecanismos utilizados por el programa de Colby: supongamos que la computadora selecciono la creencia “odio a mi padre”. Esta, al generare demasiada angustia puede ser cambiada ha:
1. DEFLEXION. “odio a mi jefe”. Consiste en cambiar el predicado de la frase.
2. SUSTITUCION “veo fallas en mi padre”. Modifica el verbo (de acuerdo a un diccionario que es parte de la simulación)
3. DESPLAZAMIENTO. “Veo fallas en mi jefe”. Combina los dos mecanismos de defensa anteriores.
4. NEUTRALIZACION. “me importa muy poco mi padre”. Neutraliza al verbo
5. INVERSION. “amo a mi padre”. Consiste en invertir el sentido del verbo
6. NEGACION “no amo a mi padre”. Inserta un “no” antes del verbo e invierte el verbo.
7. REFLEXION. “me odio”. Cambia el predicado por el sujeto.
8. PROYECCION “mi padre me odia”. Cambia de lugar al sujeto y al predicado.

Tanto la deflexión como el desplazamiento caerían bajo el concepto freudiano de “desplazamiento”. Tanto la neutralización como la inversión y la negación caerían bajo el concepto de “formación reactiva”.

La información con la que cuenta este modelo, que le permite generar frases similares a las que generaría una mujer que odiara a su padre y que se encontrara en el contexto de una situación psicoanalítica, se encuentra en cuatro archivos:

1. Archivo de creencias. Por ejemplo: “odio a los ateos”, “odio a mi padre”, “debería amar a mi padre”, “hay que desconfiar de los pobres”, “no debo casarme con un pobre”. Incluye 114 creencias.
2. Diccionario. Incluye palabras y atributos de palabras. Es decir, un rudimento de sintaxis señalando, por ejemplo, si la palabra es un verbo, un sustantivo o un adjetivo.
3. Archivo de sustitución. Define los sinónimos así como las clases y sus elementos. Por ejemplo: “padre” es un elemento de la clase “hombre”, el cual a su vez es un elemento de la clase “personas”.
4. Archivo de razones. Combina elementos del archivo de creencias. Por ejemplo: “no debo casarme con un pobre” porque “hay que desconfiar de los pobres”. El modelo también incluye cinco “monitores emocionales” que regulan el estado total del sistema y que determinan si se “reprime” un conjunto de creencias y se vuelve a empezar. Estos son: peligro, excitación, bienestar, placer y autoestima. Los principales defectos de este rudimentario modelo son la falta de comprensión de las creencias (las maneja basándose en la sintaxis sin incluir la semántica) y la no generalización de la neurosis a todo tipo de relaciones interpersonales.
5. Colby también ha logrado simular un proceso paranoide basándose en el modelo de Tomkins de que el paranoico está en un estado permanente de vigilancia tratando de maximizar la detección de insultos y de minimizar la humillación. Por otro lado, Joseph Weizenbaum ha simulado, bajo el nombre de Eliza, un programa que se comporta como un psicoterapeuta no directivo.
Estas simulaciones han sido hechas en el seno del área del conocimiento que se denomina “inteligencia artificial”. Esta se define como la ciencia que hace que las maquinas se comporten de manera tal, que si los hombres fueran los que generaran este comportamiento, requerirían inteligencia para hacerlo. Si el lector desea profundizar en este tema, recomendamos la lectura de la obra de Boden. La autora finaliza su libro con las siguientes palabras: “Contrariamente a la opinión común, el principal significado metafísico de la inteligencia artificial es que puede contrarrestar la sutilmente deshumanizante influencia de la ciencia natural. Logra esto demostrando con rigor científico cómo es posible que los seres psicológicos estén enraizados en el mundo material y al mismo tiempo se les pueda distinguir de la “simple materia”. Lejos de evidenciar que los seres humanos son “sólo maquinas”, confirma nuestra insistencia de que somos esencialmente criaturas subjetivas que vivimos a través de nuestras construcciones mentales de la realidad. Además, para aquellos de nosotros que estemos interesados, ofrece una luminosa metáfora teórica de la mente que permite planear preguntas psicológicas con mayor claridad. Mientras más se reconozcan estas ideas, tanto dentro como fuera de la profesión, menor será la amenaza de la inteligencia artificial para las concepciones humanísticas de la persona y de la sociedad.
Estos intentos pioneros por relacionar la inteligencia artificial con el marco de referencia de la teoría de la información y de la neurociencia cognitiva se han consolidado hoy en la nueva area de investigación transdisciplinaria del neuropsicoanalisis.
El nivel familiar-comunitario

Pero el ser humano existe en el seno de una familia. La familia puede conceptualizarse como la parte extracerebral de la mente individual. Es el llamado “movimiento de terapia familiar” donde encontramos frutos concretos del pensamiento sistémico en la neuropsiquiatría humanística.
Según Jay Haley, lo que ha revolucionado el campo de la psicoterapia ha sido el tomar consciencia de que la meta de la terapia es cambiar las secuencias conductuales que ocurren entre las personas pertenecientes a algún grupo organizado. Así, el cambio terapéutico puede definirse como un cambio en la secuencia de los actos en un sistema, el familiar, por ejemplo.
Estas secuencias conductuales son de naturaleza circular. Por ejemplo, el padre experimenta un
sentimiento de incompetencia, lo cual invita a que se susciten sentimiento s similares en la hija; entonces la madre comienza también a sentirse incompetente. Como reacción a esta situación, el padre comienza a sentirse competente, luego la hija y después la madre. Esto, de alguna manera, genera sentimientos de incompetencia en el padre y la secuencia conductual tiende a repetirse ad infinitum. Es una forma de pensar sobre secuencias intergeneracionales inadecuadas en las que constantemente se están formando coaliciones y alianzas que generarán marginación.
Parece que si existiera una regla fundamental de organización social, esta sería: una organización está en problemas cuando a través de diferentes niveles de la jerarquía ocurren alianzas y coaliciones, especialmente cuando estas son secretas. Por ejemplo, abuela y nieta contra la madre. Basándose en este modelo, una persona determinada presentará alteraciones en proporción directa al número de jerarquías disfuncionales en las que este inmersa. El comportamiento patológico aparece cuando la secuencia repetitiva simultáneamente define dos jerarquías opuestas. También cuando la jerarquía es inestable debido a que los comportamientos indican una forma de jerarquía en un momento y otra forma en otro momento.
El trabajo del terapeuta consiste en unirse temporalmente a diferentes coaliciones sin ponerse de lado de ninguno. Otra estrategia terapéutica consiste en indicarles a las personas que permanezcan con el síntoma, dentro del marco general de ayudarlos a cambiar. Estas “directrices paradogicas” que prescriben el síntoma con el fin de proscribirlo pueden dirigirse a todos los miembros de la fsmilia o a un subconjunto de ellos
Es posible conceptualizar los síntomas como actos comunicativos que tienen una función dentro de una red interpersonal. El síntoma no es una unidad de información, sino una analogía que tiene como sus referentes a múltiples aspectos de la situación de la persona, incluyendo su relación con el terapeuta. Desde este punto de vista, la meta de la terapia es el cambio en el comportamiento comunicacional de la persona: en cambio de sus metáforas. En la medida en que el comportamiento de la persona sea una respuesta a su situación con otros cercanos, la situación tiene que cambiar para que la comunicación cambie.
Cuando en el seno de una familia existe una “niña problema”, existe también un adulto que ha transgredido una frontera generacional al involucrarse y preocuparse demasiado por la niña. Este adulto es la autoridad y se encuentra tanto benévolamente preocupado como exasperado por el menor.
La persona organizada es aquella que sigue formas estructuradas y redundantes de comportamiento y que existe inmersa en una jerarquía. En terapia familiar, frecuentemente el terapeuta se encuentra ante jerarquías injustas. Es de importancia crucial que el terapeuta no confunda la existencia de una jerarquía injusta con las estrategias para cambiarla. Si los padres son injustos, el terapeuta puede sentirse moralmente justificado a atacarlos. Sin embargo, la meta de la terapia no es la justificación moral del terapeuta y generalmente es la niña o niño el que sale perjudicado por este tipo de ataques.
El nivel familiar de análisis se funde insensiblemente con el siguiente: el comunitario. En este se distinguen dos grandes vertientes: la laboral y la “tribal”. La vertiente laboral de la vida comunitaria es el punto donde la psiquiatría se funde con la psicología del trabajo. El ambiente laboral es el otro ingrediente fundamental de la parte extracerebral de la mente individual. La persona que no retribuye a su comunidad algo de lo que consume, paga un precio psicológico muy alto. La salud mental hoy en día es quizá más que nada salud laboral. Los teóricos de estos asuntos se enfocan en temas como la autodeterminación del trabajador, las alternativas al modelo jerárquico de organización y el clima laboral como factor determinante en la salud mental. La terapia tribal consiste en reunir a la familia extendida, amigos, clientes y co-trabajadores de una persona con problemas psicológicos (unas 60 u 80), un fin de semana para que entre todos, se busque la manera de ayudar. Muchas veces basta con conseguirle un trabajo
o una pareja para que la sintomatología desaparezca.
El nivel epidemiológico-social
Este nivel puede ser conceptualizado en tres grandes vertientes: la epidemiologia, los determinantes sociales de los desordenes mentales individuales y los desordenes mentales que por ser parte del “carácter nacional” se encuentran conformando en mayor o menor grado la conflictiva de grandes poblaciones humanas. A este nivel también aplican conceptos de los conjuntos borrosos, ya que por ejemplo se han planteado muestreos epidemiológicos en base a la Teoría de los Conjuntos Borrosos. Existen modelos de simulación epidemiológica en el área de la farmacodependencia. Por ejemplo, se han simulado difusiones de una epidemia de heroína.
En cuanto a los determinantes sociales de desorden mental en ciertos individuos, se trata de responder preguntas como ¿por qué se deprimen más las mujeres que los hombres? ¿Por qué la esquizofrenia es menos grave y mas “esquizoafectiva” en los países en vías de desarrollo que en los países industrializados? ¿Por qué el consumo de alcohol está aumentando escandalosamente en muchos países del mundo? ¿Por qué nacen más esquizofrénicos en el invierno?
En cuanto a las sociedades con desordenes mentales como factor estructural, resulta provechoso leer a L. L. White, en particular su libro sobre “el hombre unitario” en el que propone que la civilización europea padece de una disociación entre el intelecto y el instinto. “Estamos refiriéndonos únicamente a la disociación europea. Esta es una forma particular de desintegración de los procesos organizativos en el individuo, que si bien surge de una tendencia latente en la característica fisiológica común a todas las razas, logro su forma más marcada en los sujetos europeos y occidentales durante el periodo comprendido entre el año 500 antes de Cristo y los tiempos actuales. Durante estos 25 siglos (es decir durante solo 100 generaciones) esta disociación se volvió tanto un elemento permanente en la tradición europea, como el toque de distinción del hombre europeo y occidental. Su origen yace profundamente en la naturaleza del arte de la comunicación, únicamente a través de la cual, la raza humana ha logrado realizar algunas de sus potencialidades. Las demandas de la comunicación llevaron inicialmente al humano a enfatizar elementos permanentes, pero el humano, como la naturaleza, es un sistema de procesos. Este inescapable contraste disminuyo la armonía orgánica. La naturaleza integrada del hombre primitivo y antiguo se fragmento en dos sistemas finalmente incompatibles, ninguno de los cuales podía aprovechar al ser humano en su totalidad: el sistema de comportamiento espontaneo, de respuestas inmediatas a situaciones presentes, relativamente poco afectado por la organización racional de la experiencia pasada; y el sistema de comportamiento deliberado, de respuestas basadas en la experiencia sistematizada del pasado con un descuido relativo de los estímulos en el aquí y el ahora. Ambos modos o sistemas son distorsiones de un comportamiento adecuadamente integrado. Los síntomas de esta disociación entre intelecto e instinto, entre lo espontaneo y lo planeado, son la desorganización del comportamiento, el conflicto emocional y el dualismo intelectual”.
El lector deberá leer estas ideas de hace medio siglo a la luz de las teorías actuales sobre los detalles de la arquitectura cerebral del circuito automatico y del circuito controlado en el “Annual Review of Psychology”, del 2007.
Gregory Bateson, el primer sociocibernetista

La imagen que fecunda las palabras de Gregory Bateson es la imagen de la evolución de las formas en la naturaleza. Para los poetas, el profundo misterio de la forma es inescrutable. Quizá para el científico, después de leer los libros de Gregory Bateson, el misterio sea un poco menor.
Según este gran biólogo, antropólogo, epistemólogo y educador, tres premisas fundamentales de nuestro pensamiento son obsoletas:

a) el dualismo cartesiano que separa la mente del cuerpo
b) el peculiar fisicalismo en las metáforas que utilizamos para describir y explicar los fenómenos psicosociales: poder, tensión, energía, fuerzas sociales, etc.
c) El que los fenómenos mentales deban ser estudiados y evaluados solamente en términos cuantitativos (premisa anti-estética)

Estas tres premisas y sus corolarios llevan a la ambición desmedida, al sobrecrecimiento monstruoso, a la guerra, a la tiranía y a la contaminación ambiental. Estas tres ideas son intelectualmente obsoletas ya que la teoría de sistemas, la cibernética, la psicología de la forma, la ecología y las ciencias de la complejidad ofrecen una mejor manera de entender al mundo biológico y humano.
Carl Jung distinguía entre el mundo de “creatura” (de las entidades vivientes) y el mundo de “pleroma” (entidades no vivientes). ¿Cuál es la diferencia entre el mundo físico de pleroma (donde fuerzas” e “impactos” proveen una base explicativa suficiente) y el mundo biológico de creatura (donde nada puede ser entendido sin invocar a las diferencias y a las distinciones)?
La ciencia es una manera de percibir y de darle sentido a nuestras percepciones; sin embargo, nuestra percepción opera sólo sobre diferencias. Toda recepción de información es necesariamente la recepción de noticias de diferencias y toda percepción de diferencias se encuentra limitada por umbrales. Nuestros cerebros construyen imágenes que creemos percibir. Esta participación activa del cerebro en la construcción de las imágenes mentales implica que toda experiencia humana es subjetiva, nuestra experiencia del mundo exterior se encuentra siempre mediada por los órganos de los sentidos y por la arquitectura de la red neuronal. Los procesos de la percepción nos son casi totalmente inaccesibles; sólo los productos de la percepción nos son conscientes.
En toda percepción, en todo pensamiento, en toda comunicación sobre algo percibido, existe una transformación: una codificación entre el reporte y la cosa reportada: “el mapa no es el territorio”. La relación entre el reporte y la cosa reportada tiende a ser una clasificación, un asignamiento de la cosa a una clase. El nombrar es siempre clasificar. En su libro “La mente y la Naturaleza. Una Unidad Necesaria”, publicado en 1979, Gregory Bateson nos dice: “la distinción entre el nombre y la cosa nombrada o entre el mapa y el territorio es quizá efectuada solamente por el hemisferio cerebral dominante. El hemisferio cerebral simbólico y afectivo, normalmente del lado derecho, es posiblemente incapaz de distinguir al nombre de la cosa nombrada. Seguramente que no se especializa en este tipo de distinciones. Así, sucede que ciertos tipos no racionales de comportamiento están necesariamente presentes en la vida humana. Tenemos dos hemisferios; y no podemos escaparnos de esta realidad. Cada hemisferio, de hecho, opera un poco diferente del otro y no podemos escapar de los enredos que esta diferencia genera”.
Existe una profunda diferencia entre las aseveraciones sobre un individuo dado y las aseveraciones sobre una clase de individuos. Estas aseveraciones son de DIFERENTE TIPO LÓGICO. El evitar la confusión ante diferencias en los tipos lógicos es de relevancia para una teoría de la historia, para la filosofía que subyace a la teoría evolucionaría y, en general, para la mejor comprensión del mundo en que vivimos.
Criterios de los procesos mentales
I. Una mente es un conjunto de componentes en interacción. El funcionamiento mental es inmanente en la interacción de “partes” diferenciadas. Esto ya lo vislumbraba el biólogo francés Lamarck, quien al desarrollar postulados para una psicología comparada, fijó la regla de que no se deben suponer funciones mentales a organismos cuya complejidad en cuanto al sistema nervioso sea insuficiente. En otras palabras esta teoría de la mente es holística, y como todo holismo serio, se basa en la premisa de la diferenciación e interacción de las partes.
II. La interacción entre las partes de la mente es iniciada por diferencias. En el universo material ordinario, en el pleroma de Carl Jung, las “causas” de los eventos son fuerzas o impactos ejercidos por una parte del sistema material sobre otra parte. En contraste, en el mundo de creatura se necesita una relación simbolica entre el emisor y receptor. El receptor responde a una diferencia, a un cambio.
III. Los procesos mentales requieren de energía colateral. Si bien los procesos mentales son iniciados por diferencias y estas distinciones son algo más que energía, es necesario tener en cuenta la energética de los procesos mentales porque todo tipo de procesos requieren de energía.
IV. Los procesos mentales requieren cadenas circulares de determinación. Durante el siglo XIX, diferentes personas describieron ejemplos de sistemas que se autoregulan: la teoría de la evolución de Darwin, el transformismo de Lamarck, el invento de James Watt del “gobernador” de las máquinas de vapor, la percepción por parte de Alfred Russel Wallace de los procesos de la selección natural, los análisis de Hegel y de Marx de los procesos sociales, el medio interior de Claude Bernard. Finalmente, en 1943 apareció publicado en la revista “Filosofía de la ciencia” el famoso trabajo de Arturo Rosenblueth, Norbert Wiener y Julian Bigelow “Comportamiento, Propósito y Teleología”. Este trabajo proponía “que el circuito autocorrector y sus variantes daban la posibilidad de modelar las acciones adaptativas de los organismos. El problema central de la filosofía griega- el problema no resuelto por 2500 años del propósito- (“purpose”) cayó dentro del rango del análisis riguroso”.
V. En los procesos mentales, los efectos de las diferencias deben ser considerados como versiones codificadas de los eventos que los precedieron. Existen dos grandes sistemas de codificación: los sistemas de codificación DIGITAL (con características de todo o nada) y los sistemas de codificación ANALOGICA (varían continuamente y al paso con los eventos que codifican). “En los inicios de la cibernética, solíamos discutir si el cerebro es, en general, un mecanismo digital o un mecanismo analógico. De entonces a ahora, la discusión ha desaparecido al darnos cuenta que la descripción del cerebro tiene que iniciarse a partir de la característica “todo o nada” de la neurona. Cuando menos en la gran mayoría de los casos la neurona dispara; y si esto fuera todo, el sistema sería solamente digital y binario. Pero es posible, a partir de neuronas digitales, hacer sistemas que tienen la apariencia de ser sistemas analógicos. Esto se logra con el simple recurso de multiplicar las vías de tal forma que un grupo dado de vías podría consistir de cientos de neuronas. De estas neuronas, un cierto porcentaje podría estar disparando y otro cierto porcentaje podría estar callado, dando así la apariencia de una respuesta graduada. Además, la neurona individual es modificada por condiciones hormonales y por otras condiciones ambientales a su alrededor que pueden alterar su umbral de una forma verdaderamente cuantitativa”. Ademas, los cambios electromagnéticos altamente estructurados en las extensas arborizaciones dendríticas de cada neurona son analógicos.
“Recuerdo, sin embargo, que en estos días, antes que nos diéramos cabalmente cuenta del grado en el cual las características analógicas y digitales podían combinarse en el mismo sistema, las personas que discutían sin cesar sobre si el cerebro es analógico o digital evidenciaban preferencias marcadas e irracionales para una posición o la otra: yo tendía a preferir hipótesis que subrayaban lo digital; mientras que otros, más influenciados por la fisiología y quizá menos por el fenómeno del lenguaje y del comportamiento, tendían a favorecer las explicaciones analógicas”.
VI. La descripción y clasificación de estos procesos de transformación evidencia una jerarquía de tipos lógicos inmanente en los fenómenos. Hay acciones que definen el contexto bajo el cual deben considerarse otras acciones. Por ejemplo, si digo: “vamos a jugar”, esta aseveración es de un NIVEL diferente a los actos del juego. El “vamos a jugar” CLASIFICA a los mensajes que ocurren dentro de su contexto: es una METACOMUNICACION. Hay una DIFERENCIA DE TIPOS LOGICOS entre los actos del juego y el “vamos a jugar”. Bertrand Russell y Alfred North Whitehead en su libro “Principia Matemática” publicado en 1910 estudiaron los enredos que se generaban en la lógica abstracta cuando no se manejaba adecuadamente a los tipos lógicos. “Yo ignoro si Russell y Whitehead sospechaban cuando trabajaban en su libro que el asunto de su interés es vital para la vida de los seres humanos y de otros organismos. Whitehead ciertamente sabia que los seres humanos podían ser divertidos y que se podían generar comicidad al bromear con los tipos lógicos. Pero dudo que partiendo del goce del juego haya dado el paso a visualizar que el juego no era trivial y que iluminaria a toda la biología”.
Cualquier sistema que satisfaga estos seis criterios es una mente. “Esta lista es la piedra angular de todo el libro. No hay duda de que se podrían desarrollar otros criterios que quizá alteren o sustituyan a los aquí ofrecidos”. Quizá de “Las Leyes de la Forma” de Spencer-Brown o de la “Teoría de Catástrofes” de René Thom pueda surgir una profunda reestructuración de los fundamentos de las matemáticas y de la epistemología. Este libro debe “quedar o caer” no en base al contenido particular de la lista, sino por la validez de la idea de que es posible estructurar de esta manera a la epistemología, a la evolución y a la epigenesis. “Yo propongo que el problema de la mente-cuerpo es soluble siguiendo lineamientos similares a los aquí esbozados”.
En los sistemas que cumplen estos criterios, una de sus potencialidades es la AUTONOMIA, la que está dada por la estructura RECURSIVA del sistema. Además el tipo de sistema que yo llamo “mente” es capaz de tener un propósito y de escoger. Estas propiedades derivan sus posibilidades de autocorrecion… Además de esto, el sistema aprenderá y recordara, acumulara negentropía y lo hará jugando los juegos estocásticos llamados empiricismo y “ensayo y error”. Acumulara energía. Estará inevitablemente caracterizado por el hecho de que todos los mensajes son de algún tipo lógico, y así, estará amenazado por las posibilidades de errar en la tipificación lógica. Finalmente, el sistema será capaz de unirse con otros sistemas similares para formar unidades más grandes.
Tanto el pensamiento como la evolución de las especies son procesos ESTOCASTICOS. En ambos, existe una secuencia de eventos que combina a un componente que funciona al azar con un proceso de selección que permite perdurar únicamente a algunos resultados de lo azaroso.

Steps to an ecology of mind. Gregory Bateson Chandler. Nueva York. 1972.
Bateson G. E.F DUTTON. NUEVA YORK, 1979

Fundamentos para una ciencia de la personalidad: Andras Angyal

Uno de los libros clásicos de la psicología, anterior a los de Bateson, lleva este título y fue escrito por Andras Angyal hace varias décadas. A setenta años de distancia, resulta confortable y un poco sorprendente encontrar en él mucha de las ideas actuales del pensamiento sistémico en la neuropsicología y las neurohumanidades. El enfoque holístico tiene sus raíces modernas en Haldane, Woodger, Ritter, Meyer, Bertalanffy, von Uexhull, en la personalistica de William Stern, en la teoría de la evolución emergente de Smuts y en el sistema sociológico de Spann.

Casi todos las definiciones de la vida tienen en común una teoría inmanente. Esta postula que el sentido funcional de una parte del organismo es “mantener andando el resto de la maquinaria”. Lleva al nihilismo biológico. De ser así, los procesos vitales tendrían la forma de un círculo vicioso lógico: los procesos de las partes tienen la función de mantener la vida; y la vida es un conglomerado de estos procesos parciales. La hipótesis de la inmanencia siempre está implícita en toda teoría que postula el mantenimiento del equilibrio o la autopreservación/sobrevivencia como tendencia general del proceso vital.

El organismo se expande a expensas de lo que lo rodea. Se expande materialmente, psicológicamente (crecimiento mental, creatividad), funcionalmente (nuevas capacidades). Se expande a través de la reproducción. La vida es un proceso de auto expansión con dos fases: una centrípeta de asimilación y otra centrifuga de producción.

El proceso vital no se escenifica dentro del organismo, sino entre el organismo y el entorno (medio ambiente). Si se define a la vida como un proceso de autoexpansión, el factor del “entorno” está ya implícito en la definición. Organismo y entorno son los dos polos indispensables de un proceso unitario: la vida. El organismo autónomo es una entidad que se autogobierna. Autónomo significa “gobernado desde adentro”(en contraste con heterónomo: “gobernado desde afuera). El proceso biológico se encuentra en parte gobernado por factores biológicos endógenos. El organismo tiene espontaneidad porque es la causa de sus funciones. El organismo posee libertad (para Spinoza lo libre es lo que actúa de acuerdo a su propia naturaleza inherente, a su ley intrínseca y no bajo la compulsión de fuerzas exógenas).A la determinación externa el organismo puede oponer la autodeterminación.Los siguientes fenómenos implican una autonomía del organismo: el fenómeno de la selección, el hecho de escoger, la autorregulación y la regeneración.
Existe una distinción básica entre estimulo-respuesta y causa-efecto. Las influencias externas no son la causa mecánica de las reacciones, sino el estímulo que invita a la respuesta.
Existe una tendencia general del organismo individual hacia un aumento en la autonomía. Esta tendencia tiene una dirección general más que un objetivo fijo. La tendencia hacia un aumento en la autonomía es no solo la tendencia dinámica general del organismo individual, sino también el “primum movens” del proceso filogenético.
Así, la vida no es concebida como inmanente sino como un proceso que se autotrasciende. La “autonomía” no es una entidad o un principio explicativo. Más bien, es una generalización descriptiva, la forma de un proceso.
La función de los llamados procesos mentales es esencialmente una función semántica. Los “contenidos psicológicos” funcionan como símbolos. Los “procesos psicológicos” son operaciones con estos símbolos.
La “constelación tríadica del simbolismo” consiste en:
a) El objeto primario (por ejemplo, un territorio). Es el referente;
b) Su símbolo (por ejemplo, un mapa);
c) El sujeto, para quien el símbolo significa el objeto. Es este el elemento crucial. El sujeto debe tener la capacidad de conectar símbolo y referente.
La relación simbólica es única ya que no ocurre fuera del campo psicológico. Esta relación entre el objeto, su símbolo y el sujeto es tan general y fundamental para las ciencias humanísticas como la relación causa-efecto lo ha sido para la física clásica.
Tanto la percepción como la imaginación, el pensamiento, la emoción, la conacion y todas las funciones psicológicas, pueden ser comprendidos como procesos de simbolización. El concepto de “actividad psicológica” es sinónimo de la función simbolizante del organismo. La tarea de una psicología orientada holísticamente seria el estudio de la función simbólica del organismo.
El nivel (el estado) de las emociones es un símbolo para el organismo de su estado de bienestar. Las experiencias emocionales son símbolos del valor para el ego, de hechos relevantes. La emoción es la forma más inmediata de evaluación personal. Las emociones están en el aquí y el ahora y no evalúan el futuro.
En los procesos psicológicos, símbolo y referente no están claramente separados. Más bien están parcialmente fundidos. Una percepción no sólo significa el objeto; éste es visto a través del símbolo y en el símbolo. En la percepción, el objeto no es sólo significado, es experienciado.
Los dos factores esenciales en el proceso organismico total, el organismo y su entorno, pueden ahora unirse en el territorio simbólico de las funciones psicológicas. La vida se lleva a cabo ahora en un nivel parcialmente simbolico. La tendencia organismica hacia un aumento en la autonomía puede ahora manifestarse a través del simbolismo. Siete años después de que Angyal publicará su libro el doctor Lancelot Law White publica el libro “El próximo desarrollo del hombre” en el que presenta un diagnostico de la civilización europea: padece de una disociación entre el intelecto y el instinto.
“Estamos refiriéndonos únicamente a la disociación europea. Esta es una forma particular de integración de los procesos organizativos en el individuo, que si bien surge de una tendencia latente en una característica fisiológica común a todas las razas, logro su forma más marcada en los sujetos europeos y occidentales durante el periodo comprendido entre 500 A.C. y los tiempos actuales. Durante estos 25 siglos (es decir durante tan sólo 100 generaciones), esta disociación se volvió tanto un elemento permanente en la tradición europea, como el toque de distinción del hombre europeo y occidental. Su origen yace profundamente en la naturaleza del arte de la comunicación, únicamente a través de la cual la raza humana ha logrado realizar algunas de sus potencialidades. Las demandas de la comunicación llevaron inicialmente al hombre a enfatizar elementos permanentes, pero el hombre, como la naturaleza, es un sistema de procesos. Este inescapable contraste menoscabó la armonía orgánica. La naturaleza total del hombre primitivo y antiguo se escindió en dos sistemas finalmente incompatibles, ninguno de los cuales podía utilizar al ser humano en su totalidad: el sistema de comportamiento espontaneo, de respuestas inmediatas a situaciones presentes, relativamente poco afectado por la organización racional de la experiencia pasada; y el sistema de comportamiento deliberado, de respuesta basadas en la experiencia sistematizada del pasado con un descuido relativo de los estímulos actuales. Ambos modos o sistemas son distorsiones de un comportamiento adecuadamente integrado. Los síntomas de esta disociación entre intelecto e instinto, entre lo espontaneo y lo planteado, son la desorganización del comportamiento, el conflicto emocional y el dualismo intelectual”.
Mandell: ciencias de la complejidad, neuroteologia y neuropsiquiatría humanística
La noradrenalina, la dopamina y la serotonina tienen un efecto inhibitorio sobre la actividad neuronal espontanea. Debido a que la maduración de la edad reduce los niveles de estas aminas biogénicas en la mayoría de las zonas cerebrales del ser humano, Arnold Mandell propuso en 1979 que “una disminución de la inhibición e las aminas biogenicas, con la edad, llevaría a una manifestación de expresiones neurales latentes y a una disminución de los umbrales para la manifestación emergente de fenómenos previamente suprimidos”.

Este modelo neurobiológico de los cambios en la personalidad al madurar como secundarios a una desinhibición progresiva de las estructuras del sistema límbico, se basa en el análisis del sistema serotoninergico, el cual está involucrado en la modulación del la atención, del sueño, de la temperatura, del dolor, de la agresión, del nivel de actividad, de la autoestimulación, del comportamiento sexual, del consumo de agua y del apetito. Se basa también en la evidencia de que existe una asimetría en el manejo de información afectiva por el sistema nervioso central:
1. Malamud ha localizado, en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal, cicatrices en el hemisferio no dominante asociadas con hipomanía, impulsividad y rasgos histéricos de la personalidad; en cambio, las cicatrices en el hemisferio dominante se asociaron con paranoia, obsesividad y depresión disforica
2. En estos pacientes epilépticos, Bear ha correlacionado anormalidades del hemisferio derecho con una autoestima exagerada y anormalidades del hemisferio izquierdo con unas autoestima devaluada. “Parece ser que la desinhibición progresiva del lado izquierdo del cerebro lleva a características disforicas, obsesivas y depresivas, cuando el lado derecho esta desinhibido la personalidad se vuelve más hipomaniaca, histérica e impulsiva”.
3. Las bases psicofarmacológicas de este modelo se basan en el estudio de las asimetrías de un metabolito de la serotonina en el hipocampo de animales tratados con litio y con clorimipramina. El litio disminuye la asimetría inicial aumentando la serotonina en ambos lados del cerebro (un poco más acentuadamente de lado que tenía niveles iniciales más bajos). En contraste, la clorimipramina parece aumentar la tasa de actividad de las células serotoninergicas sólo en un lado del cerebro. “Estos experimentos, vistos en el contexto de nuestro modelo teórico, sugieren que el litio “cubre” ambos lados del cerebro con transmisor inhibitorio y que la clorimipramina “descubre” un lado del cerebro. Dada la especialización afectiva y de la personalidad discutida anteriormente, podríamos especular que cuando la clorimipramina funciona, desinhibe diferencialmente el lado hipomaniaco e histérico del cerebro”
“En la medida que maduramos con la edad, nuestras personalidades cambian. Nos volvemos más como somos en la medida que perdemos nuestros “frenos” inhibitorios de las aminas biogenicas. Parece que es natural a una naturaleza humana con este substrato neurobiológico el tener una de dos alternativas: un mayor establecimiento en la dominancia de una polarización cortical aumentada y un aumento en la patología del carácter; o la oportunidad de buscar la amorosa libertad de la experiencia de unidad”.

Sistema y estructura: ensayos sobre la comunicación y el intercambio

En el libro “Sistema y estructura: ensayos sobre la comunicación y e intercambio”, publicado en 1962, Anthony Wilden relaciona los trabajos del antropólogo Leavi-Strauss, el psicólogo Piaget y los psicoanalistas Freud y Lacan con ideas modernas del pensamiento sistémico derivadas de Bertalanffy y Gregory Bateson. Presenta una interpretación sistémica y comunicacional de los principales estructuralistas europeos. “Los capítulos representan un intento de integrar críticamente un conjunto de conceptos derivados de la cibernética, de los fundamentos lógicos de las matemáticas, de la lingüística, de la teoría de la información, de la teoría de la comunicación, de la teoría general de sistemas, de la biología y del pensamiento dialéctico”.

El proceso fundamental que se analiza es el del comportamiento orientado al logro de metas que manifiestan los sistemas abiertos. Dos temas que recurren a lo largo del libro son la distinción entre la comunicación digital y la comunicación analógica y la distinción entre intercambio simbólico e intercambio imaginario.

El análisis de estos temas se basa en la “teoría de los tipos lógicos” de Bertrand Russell y Alfred North Whitehead y en la “clasificación de los procesos mentales como reales, simbólicos e imaginarios“, realizado por Lacan. También utiliza la idea del doble vinculo así como la distinción entre la morfostasis/morfogénesis y entre retroalimentación negativa (estabilizadora) y retroalimentación positiva (amplificadora)”. Wilden logra integrar, en una perspectiva ecosistémica, una teoría general de la comunicación humana. La sensibilidad que manifiesta hacia los planteamientos sistémicos y su propia creatividad para relacionarlos con el psicoanálisis y el estructuralismo es notable.

Axiomas de la comunicación

Un sistema se distingue de otro por la organización de las partes que lo constituyen. Un sistema no es un conglomerado; el comportamiento total es más complejo que la suma de los comportamientos de sus partes. La organización del sistema impone límites al comportamiento de las partes: la libertad semiótica de cada subsistema en sí mismo es mayor que su libertad semiótica como parte del todo.
Como indica Gregory Bateson, “todo comportamiento es comunicación”. Por definición la comunicación es atributo del sistema e implica una estructura. “Estructura” se refiere a la armazón, a los canales por donde fluye la información y a la forma como esta información se encuentra codificada. “Sistema” se refiere a procesos, trasmisiones y mensajes.
Dependiendo del punto de vista y teniendo cuidado de no confundir los diferentes niveles de organización, cualquier elemento de un sistema abierto puede ser considerado tanto desde una perspectiva sistémica como desde una perspectiva estructural. Aun el componente más pequeño de un sistema abierto tiene a su vez subsistemas. Si el subsistema se considera como elemento (poniendo, para fines de explicación, entre paréntesis sus propiedades sistémicas específicas y su organización interna) se vuelve un atributo de la estructura. En general, se puede decir que “estructura” predomina a niveles bajos de organización y “sistema” predomina a niveles más complejos. El concepto “estructura” se refiere a los tipos y al número de relaciones o conexiones entre los componentes del sistema. El concepto “sistema” se refiere a la manera de regulación y a las relaciones entre relaciones de los subsistemas.
Todo sistema que involucre vida o mente, o que simule vida o mente, es un sistema abierto. Un sistema abierto se caracteriza por el hecho de que su relación al suprasistema (medio ambiente o contexto) es indispensable para su sobrevivencia. Existe entre el sistema abierto y su suprasistema un flujo dinámico de materia, de energía y de información. Todo sistema abierto es un sistema de comunicación, adaptativo y orientado al logro de metas. Para los sistemas abiertos la información la materia y la energía son funcionalmente distinguibles. El sistema digestivo maneja materia. Los flujos energéticos estás dispersos en todo el organismo y los sistemas neuronal y mental manejan la información la función primaria de la información es la regulación, control y liberación de energía hacia el interés de una meta. La información se define como entropía negativa porque mantiene, reproduce o aumenta la organización.
Para Wilden existe una jerarquía de sistemas abiertos. Esta jerarquía es tanto sincrónica (contextual en el espacio) como diacrónica (contextual en el tiempo). Existe interacción entre diferentes tipos lógicos y diferentes niveles de organización.
Todo sistema abierto existe en un contexto de selección, sobrevivencia y adaptación. Cada adaptación tiene valor de sobrevivencia para el sistema, cuando menos a corto plazo. Hay comportamientos adaptativos a corto plazo que son contra-adaptativos a la luz de periodos de tiempo más largos.
Todo sistema comunicacional puede ser dividido en emisor y receptor; en organismo y entorno; en texto y contexto. Toda comunicación puede ser dividida, formal o funcionalmente, en comunicación digital y comunicación analógica. El lenguaje incluye todos los procesos y posibilidades comunicacionales de sistemas digitales. El lenguaje impone limitaciones específicas, sistémicas y estructurales, a la forma como percibimos y actuamos sobre el mundo y sobre otras personas.
El modelo privilegiado de un sistema comunicacional es el ecosistema natural. La relación entre un sistema y sus estados anteriores, así como la relación entre diferentes niveles de un sistema, deben modelarse sobre la relación entre un metalenguaje y un lenguaje referencial (como seria la relación entre texto y contexto). La noción de meta comunicación cubre dos procesos correlativos e indisolubles: el aspecto sincrónico que describe cada nivel de organización en un sistema como comentario de un texto a otro de organización; y el aspecto diacrónico que describe tanto el camino del desarrollo como el paso evolutivo de un nivel de organización a otro.
“Cerebro” es una entidad; “mente” es una relación. “Cerebro” es un hecho biológico; “Mente” es un asunto sociocultural y político económico.
Comunicación analógica y comunicación digital
Es útil hacer una distinción metodológica entre dos modos de trasmitir información: mensajes analógicos y mensajes digitales. En alguno de sus niveles, todos los sistemas de comunicación emplean tanto la comunicación analógica como la comunicación digital. La distinción entre lo analógico y lo digital se deriva de los ecosistemas y es aplicable a los mismos, a la interacción humana, al organismo humano, a la comunicación entre animales (zoosemiótica) y a las computadoras. Un buen ejemplo de la distinción entre lo analógico y lo digital se encuentra en la antropología.
Según Roy Rapoport, entre los Tsembanga de Nueva Guinea, la frontera entre pocos cerdos (para propiciar a los ancestros ceremonialmente) y demasiados cerdos (para que el ecosistema natural lo pueda soportar) se indica mediante un árbol simbólico, que según el estado del sistema se planta o se derriba. El estado digital del árbol, (plantado o no plantado) indica que la relación entre el sistema (tsembanga) y el entorno (la naturaleza, otros grupos humanos locales, los cerdos) está por cambiar. El sistema local es complejo y tiene que ver con la guerra y la paz, con rituales y con la cantidad de proteínas disponibles para la alimentación. Al terminar de guerrear, nunca hay suficientes cerdos para propiciar adecuadamente a los ancestros para que otorguen su favor en la siguiente guerra, por lo que se crea una deuda simbolica con ellos. Después de un periodo de paz, durante el cual se permite que los cerdos se reproduzcan, la población de cerdos se vuelve demasiado grande para que el ecosistema local pueda soportarla. Cuando aumenta el número de quejas debido a la destrucción de vegetales causada por los cerdos, el árbol es derribado, se inicia la preparación ritual para la guerra y los cerdos adultos son sacrificados.
Aquí, la digitalización mediada con el árbol se emplea como instrumento para mantener una relación analógica: la sobrevivencia del ecosistema como un todo. Se deben diferenciar las caractristicas ecológicas de lo analógico, de las características lógicas de lo digital.
El pensamiento analógico cubre los aspectos emotivos, empáticos, conativos y poéticos de la comunicación. El pensamiento digital cubre los aspectos cognoscitivos y metalingüísticos de la comunicación. La mayor parte del conocimiento es analógico. Solo “el divino poder de la abstracción” es digital. Desde una perspectiva transcultural, tanto la epistemología como la educación en la cultura china ponen énfasis en la totalidad, en la homeostasis, en el contexto natural y social; en la respuesta, la consumación, la interrelación y la sabiduría. (sin incluir el tono de voz, existen 81 maneras de preguntar en chino ¿quieres arroz o fideos?). esto e contraste con la epistemología occidental que pone el énfasis en el análisis el conocimiento puro, la razón, la racionalidad y las dicotomías.
En la comunicación no verbal, la señal tiene una relacion necesaria y analógica con lo que re-presenta, mientras que toda comunicación denotativa-lingüística es arbitraria y digital.
Otro ejemplo de la utilidad de esta distinción se encuentra en la genética. Los genes son parte de un sistema de codificación digital (adenina/timina vs. Guanina/sitosina). Para sus efectos, dependen de la formacion de proteínas especificas para cada gene. Los genes para la fosfatasa alcalina y para la beta-galactosidasa pueden ser regulados por variaciones, en un continuo, del nivel del represor. Este hecho transforma el problema de regulación en la expresion de los genes en uno de control analógico más que de estricta lógica digital.
La idea del BIT (BInary digiT, es decir, digito binario, “1” o “0”) subyace a la idea de lo digital. Un bit tiene la capacidad de convertir una diferencia (en una dimensión analógica continua) en una distinción digital. Dado que el bit marca un limite (una frontera) es a través de el que se logra una digitalización rudimentaria de lo analógico; introduce una separación discreta en un continuo. La digitalización es siempre necesaria cuando se tienen que cruzar ciertos limites o fronteras. La complejidad lógica de los sistemas mixtos analógico/digitales no es la de una lógica analítica de dos valores (cierto/falso); mas bien es una lógica de muchos valores, una lógica de grados, una lógica dialéctica.
Lo analógico está repleto de sentido; lo digital es pobre en sentido. Lo que lo analógico gana en semántica lo pierde en sintaxis. Lo que lo digital gana en sintaxis, lo pierde en semántica. Así, debido a que lo analógico carece de la sintaxis necesaria para decir “no”, uno no puede negar en lo analógico.
Tanto lo digital como lo analógico son distinguibles en cuanto a forma y a función. En cuanto a la forma de lo digital, es importante introducir dos niveles de “libertad semiótica” (libertad de limites):
1. Nivel de señal o signo, el cual es arbitrario en un sentido y fijo en otro. Un ruido carece de conexión esencial con la comida; sin embargo todos los primates-gibones hacen el mismo conjunto de ruidos para indicar comida. Aquí no hay metacomunicacion posible.
2. Nivel del significante lingüístico, el cual es arbitrario en un sentido y tiene un alto grado de libertad semiótica en el otro sentido (con el lenguaje hay multiples maneras de indicar la presencia de alimento). Es este el nivel de la “doble articulación” y de la posibilidad de decir “no”. Este nivel es capaz de sustituir lo analógico tanto en la forma como en la función. En este nivel no claramente posibles los mensajes referentes a otros mensajes (tipificación lógica).
Resulta interesante contrastar estas ideas referentes a lo analógico y a lo digital con la forma como Bakan contrasta las funciones de los dos hemisferios cerebrales. Su caracterización del hemisferio cerebral izquierdo es de: digital, verbal, analítico, abstracto, racional, temporal, objetivo, activo, tenso, proposicional; relacionado con el sistema nervioso vegetativo simpático. En contraste, el hemisferio cerebral derecho lo caracteriza como analógico, preverbal, sintético, concreto, emocional, espacial, subjetivo, pasivo, relajado, aposicional y relacionado con el sistema nervioso parasimpático.

Psiconeuroinmunologia

El sistema inmunológico, circuito informático cuya función principal es deslindar el “yo mismo” biológico e integrar archivos que definen la identidad biológica, comparte características y esta en estrecha comunicación con el sistema nervioso central. Las células del sistema inmunológico también producen neurotrasmisores. En ambos sistemas se da la mutación somática que reacomoda genes dentro del núcleo de las células para generar nuevas funciones. El timo, lugar donde maduran los linfocitos-ayudadores-T se encuentra extensamente inervado. Algunos linfocitos utilizan a las encefalinas como moduladoras inmunológicos. Los monocitos tienen receptores para las endorfinas. Las dosis bajas de noradrenalina estimulan al sistema inmunológico; la inyección de antígenos disminuye a la noradrenalina cerebral. La estimulación del sistema inmunológico aumenta la actividad eléctrica en el hipotálamo. Las lesiones al hemisferio cerebral derecho incrementan la función inmunológica; las lesiones al hemisferio izquierdo disminuyen la función inmunológica.
Los linfocitos tienen la capacidad de memorizar características geométricas de un antígeno. El sistema inmunológico es también capaz de aprehender vía el acondicionamiento.
El sistema inmunológico, el sistema hormonal y el sistema nervioso participan en la respuesta al estrés, sea este transitorio, repetido o crónico. El funcionamiento inmunológico esta disminuido en situaciones de duelo, de divorcio, de pérdida de empleo, de exámenes, de ansiedad, de depresión de soledad y de privación del sueño.
En un estudio, la actividad de las células NK disminuyo en estudiantes de medicina que preparaban un examen. En otro estudio, después de nueve meses de desempleo disminuyo la capacidad proliferativa de los linfocitos ante un antígeno. Una de las características del estrés fisiológico es la producción de coritisol, potente inhibidor del sistema inmunológico.
La reducción terapéutica del estrés puede aumentar el funcionamiento inmune. Usando métodos de psicoterapia de relajación es posible aumentar en un diez por ciento el numero de linfocitos T en personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana. También se ha documentado la estrecha relación entre situaciones de estrés e infecciones por el virus de la gripe.
La risa y una actitud alegre y optimista ante la vida, también se ha documentado que mejora varias funciones del sistema inmunológico. Muchas personas quisieran pensar que las emociones, vía el sistema inmune, pueden influenciar el desarrollo del cáncer o la capacidad de hacerle frente.
BIBLIOGRAFÌA
  • VOLLHARDT LT: Psychoneuroimmunology: a literature review. American Journal of orthopsychiatry, 61: 35-47, 1991.

1 comentario:

  1. Tiene usted un profundo desconocimiento sobre el psicoanálisis , es muy común y no es azaroso, antes de leer a Lacan lo cual le recomiendo, lea un poco a Gaston Bachelard "La formacion del espíritu Científico".

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